TIEMPO AL TIEMPO

BALCONEANDO

Por Alejandro Barañano

El megaproyecto minero para la extracción de oro a cielo abierto en la Sierra de la Laguna, ha sido motivo de un gran descontento social desde hace algunos años, ya que ha sido presentado a las autoridades en tres ocasiones desde 2010 -durante el sexenio de Felipe Calderón- bajo los nombres de Paredones Amarillos y Mina Concordia.

Estas acciones que comentamos fueron manejadas por la minera trasnacional canadiense Vista Gold, cuyas peticiones fueron denegadas una y otra vez por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ante la fuerte movilización de la sociedad civil sudcaliforniana.

Tiempo después la empresa Desarrollos Zapal, filial del Grupo Invecture, –que en algún momento compró acciones de la Vista Gold Corporation– presentó en octubre del 2013 nuevamente el proyecto pero ya bajo el nombre de Los Cardones, cuya Manifestación de Impacto Ambiental fue aprobada por la SEMARNAT a pesar de que parte del área que será explotada se encuentra en un Área Natural Protegida, decretada como reserva de la biósfera en 1994 por Carlos Salinas de Gortari.

Esta Área natural Protegida a la que no referimos forma parte de La Red Mundial de Reservas de la Biósfera protegidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura -UNESCO, por su siglas en inglés-, aunque cabe aclarar que le impusieron algunas condicionantes como fue tener un Plan de Manejo de Residuos Mineros y obtener los permisos conducentes de la Comisión Nacional del Agua y de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas.

Según Juan Ángel Trasviña, presidente de Medio Ambiente y Sociedad y vocero del Frente Ciudadano por la Defensa del Agua y la Vida, el proyecto de Los Cardones contaminará el medio ambiente envenenando la región, principalmente la zona de recarga hídrica natural de la Sierra de la Laguna, y por ende poniendo en riesgo la salud de los habitantes de las comunidades cercanas.

De ahí nace el descontento generalizado de la sociedad sudcaliforniana, pues como se sabe la práctica de la megaminería es tóxica a cielo abierto son nefastas por las consecuencias ambientales y sociales que están ampliamente documentadas. Y sino sólo por mencionar un ejemplo, está el caso de Minera Real de Ángeles propiedad de grupo FRISCO del magnate Carlos Slim, empresa ubicada en el municipio de Noria de los Ángeles, en Zacatecas, donde por más de dos décadas se explotó plata a tajo abierto y ahora sólo queda un enorme cráter en cuyas inmediaciones se han perdido por contaminación de residuos tóxicos más de 900 hectáreas de cultivo, y cuya afectación a la población aún no se determina.

Y es que resulta que en la realidad el discurso de progreso y beneficio social con el que se acompaña cada nuevo proyecto minero no es tal, como ha quedado evidenciado en lugares de larga tradición minera como lo son Zacatecas y Guanajuato, donde tras siglos de explotación las condiciones sociales de sus ciudades y diversas poblaciones no son un ejemplo de desarrollo y mucho menos de bienestar.

Por eso muchos esperamos que la ciudad de La Paz y en especial la Sierra de La Laguna, no nos recuerde en un futuro los casos de Guanajuato o Zacatecas, y confiamos también que los activistas defensores de la tierra e integrantes de la sociedad civil hoy agrupados en organizaciones no gubernamentales, colectivos y otros grupos como el Frente Ciudadano en Defensa del Agua y la Vida, tengan éxito en su gesta y que logren detener de una vez por todas el proyecto minero Los Cardones.

Definitivamente sólo será la sociedad civil organizada la que podrá hacer un contrapeso a las corporaciones mineras depredadoras y al gobierno que es, en última instancia, el que antepone intereses económicos y políticos antes que el bienestar de la sociedad y la preservación del medio ambiente; y sino tiempo al tiempo, por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .